Damien Chazelle lleva años explorando la tensión entre el arte y la vida, entre la obsesión y la ternura, entre lo que somos y lo que podríamos haber sido. Con La La Land, esa pulsión alcanza su forma más luminosa y dolorosa: un musical que celebra el sueño de crear… y también la grieta que se abre cuando la realidad decide entrar en escena.



