El tres de septiembre de 1973 a las 18 horas, 20 minutos y 32 segundos, un boscón de la familia de las Calliphoride, capaz de batir las alas 14 mil veces por minuto, se posaba en la calle Saint-Vincent de Montmartre.
En el mismo instante, en un restaurante cerca del Boulange de la Galette, el viento se colaba como por arte de magia bajo un mantel, haciendo bailar unas copas sin que nadie lo viera.
Al mismo tiempo, en la Avenida Trudaine 28, quinto piso del distrito número 9 de Paris, Eugène Koler, al regreso del entierro de su mejor amigo Émile Maginot, borraba su nombre de la agenda.
Siempre en ese mismo instante, un espermatozoide provisto de un cromosoma X perteneciente a Raphäel Poulain, se separaba del pelotón para alcanzar a un óvulo perteneciente a la señora Poulain, de soltera Amandine Fouet. 9 meses después nacía Amélie Poulain.