Tras pasar ocho meses en un centro de salud mental por agredir al amante de su mujer, Pat regresa a casa de sus padres. Aunque está decidido a hacer todo lo posible para recuperar a su ex-mujer, la situación cambia cuando conoce a Tiffany, una chica con problemas y mala reputación. A pesar de la mutua desconfianza inicial, pronto surge entre ellos un estrecho vínculo que les ayudará a encontrar el lado bueno de las cosas.
¿Estás de coña? ¿Los domingos? Me encantan los domingos. Vivo para los domingos. Toda la familia se reúne. Mamá cocina braciole. Papá se pone la camiseta. Todos vemos el partido. Sí, me vuelven loco. Y sí, fui negativo. Tu no lo sabías Nicky, pero es cierto. Solo que antes no sabía apreciarlo. Ni apreciarte a ti. Perdí todo eso, la fastidié, pero tú también la fastidiaste. Podemos recuperarlo, vamos a recuperarlo. Todo irá mejor ahora. Yo soy mejor ahora y espero que tu también, y voy a apreciar…
Eso es amor de verdad.
Las segundas oportunidades, el volver a empezar, es siempre un asunto tan espinoso como esperanzador. En esta película, David O. Russell nos hace viajar desde el complicado tema de la inestabilidad mental, tratado con precisión y dejando de lado el dramatismo, hasta llegar al corazón de Tiffany, que consigue hacer reaccionar a Pat, perdido en el fondo de su mente y que no es capaz de hacerse cargo de su propia vida.
David O. Russell firma también el guión de esta película, basada en la novela The Silver Linings Playbook, escrita por Matthew Quick.
En esta preciosa historia se cuenta una particular relación de complicidad, amistad y romance entre dos seres extraños con ciertos problemas. Un marco idóneo para hablar de como el cariño y el amor puede estar en cualquier lugar y en cualquier momento. Nos muestran que se puede salir adelante aunque la vida sea en algunos casos, dura.
El mensaje es claro: la vida no es un camino de rosas, y no siempre podrás contar con ayuda, pese a que lo intenten, pero al final siempre consigues apoyarte y dar apoyo con una persona de similar situación. El mensaje es una de las cosas más hermosas que se pueden transmitir en una película.
En El lado bueno de las cosas, Russell juega con absoluto control y sentido del tiempo, y la elipsis con la comedia dramática-romántica. Es el propio director el que toma consciencia de que se pasea en ese mundo de ceremoniales y etiquetas en el que tendrá que pasar por ambas vistas y lugares comunes de este género sensiblero.
David O. Russell no esconde nada, y se lanza al abrazo de esta historia, apartándose en algunos momentos, y alejándose a la velocidad de la luz con su cámara para evitar la recreación y la falsedad. Esta historia nos cuenta la necesidad de ser cómplice de las mentiras de otros para ser feliz. También se traza la obligación de tener un final feliz, contraponiendo elementos en el guión como Adiós a las armas, de Hemingway y La costa de los mosquitos. Sobre todo, en esa frase con la que resume Tiffany la novela de Paul Theroux y que da título y sentido a la película: «Humanity is just nasty and there’s no silver lining». En ese resquicio de esperanza en un mundo asqueroso y falta de humanidad decide navegar David O. Russell a través de sus errantes personajes, náufragos de un mundo que les ha apartado a una isla emocional perdida.
Para esta locura, David O. Russell (La gran estafa americana, The Fighter, Tres Reyes) ha decidido confiar en sobresalientes actores para sostener el pilar de su historia. Bradley Cooper (La gran estafa americana, El ladrón de palabras, Trilogía Resacón) da vida a Pat, está grandioso y muy entregado a su papel demostrando sus grandes capacidades interpretativas; Jennifer Lawrence (Trilogía Los juegos del hambre, X-Men: Días del futuro pasado, La gran estafa americana) demuestra que es mucho más que una joven actriz, dando un golpe en la mesa y consiguiendo el Oscar a Mejor Actriz interpretando a Tiffany, de una manera arrolladora, consiguiendo una gran química con Bradley Cooper; Robert De Niro (Sleepers, Casino, Uno de los nuestros) sigue desplegando sus grandes dotes interpretativas, dejándonos ver la gran leyenda del cine que es; Jacki Weaver (Stoker, Eternamente comprometidos, Animal Kingdom) aporta el lado entrañable y cariñoso de esta historia, con una gran actuación.
Esto es lo más grande de este director, que saca lo mejor de sus actores, y cada vez más. En esta ocasión, Russell consiguió la nominación completa de sus actores principales, Cooper, Lawrence, De Niro y Weaver, consiguiendo Jennifer Lawrence el Oscar a Mejor actriz.
La divertida coreografía que sólo se ve al completo en el clímax cómico final, vertebra con su preparación buena parte de la historia argumental.
La música, a cargo de Danny Elfman, es muy bonita y encaja en cada una de las situaciones que se dan a lo largo de la historia que se quiere contar.
El encargado de la fotografía y el montaje de los escenarios, es Masanobu Takayanagi, que consigue recrear unos escenarios ideales para esta historia que nos transmiten con tanta sensibilidad y cariño.
Russell utiliza un recurso narrativo para hacernos comprender esos «apagones» que tiene Pat, y que vienen acompañados de aturdimiento y un arranque de violencia inusitado: deja que la cámara se acerque a él, como si algo se apoderara de él, y cuando va a estallar, se funde. Cuando terminan, se aleja como si decidiese dejar que continúe con su vida como si nada hubiese pasado.
El lado bueno de las cosas es divertida y muy original, con grandes reflexiones sobre la propia naturaleza humana, como por ejemplo, la palabra clave de Pat, y la explicación de la misma, para apartar de su alrededor todas las cosas malas, y así, encontrar el lado bueno de las cosas.
Excelsior:
Voy coger toda esa negatividad y la usaré como combustible para buscar el lado bueno.
Patrizio «Pat Jr.» Solitano
El mundo te romperá el corazón de todas las formas imaginables, eso está garantizado. Y yo no puedo explicarlo, como tampoco la locura que llevo dentro, y la que llevan los demás, pero, ¿sabéis que? El domingo vuelve a ser mi día preferido. Pienso en lo que todos han hecho por mí, y creo que, soy un tío muy afortunado.
Os dejo con la Banda Sonora, que no tiene desperdicio alguno: