‘El club de la lucha’ (David Fincher, 1999)

Un joven sin ilusiones lucha contra su insomnio, consecuencia quizás de su hastío por su gris y rutinaria vida. En un viaje en avión conoce a Tyler Durden, un carismático vendedor de jabón que sostiene una filosofía muy particular: el perfeccionismo es una cosa de gentes débiles; en cambio, la autodestrucción es lo único que hace que realmente la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces formar un club secreto de lucha donde descargar sus frustraciones y su ira que tendrá un éxito arrollador.

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Esta película retrata especialmente bien las angustias y las frustraciones de la generación, conocida como la del consumismo. Una generación que creen ser estrellas de rock, para verse abocadas a un trabajo que odian para mantener un estilo de vida que también odian. Una generación esclava del consumismo sin objetivos ni sueños, y marginada por una sociedad que inculca que tiene que ser guapo e ir a la moda para poder ser alguien.

En este sentido, El club de la lucha es una bala en la conciencia. El viaje que realiza el protagonista, puede liberarle o destruirle.

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Desde el primer minuto, o mejor dicho, desde la primera imagen, la acción frenética, sus ambientes underground y sus complicados personajes te atrapan y se destapa la tensión desde este primer instante, creando una sensación de confusión e irrealidad apabullante. Se constituye como un cruce entre el cine negro y la videocreación experimental.

18855496.jpg-r_640_600-b_1_D6D6D6-f_jpg-q_x-xxyxxComprendemos que El club de la lucha es una hipérbole de una situación generacional que se nos muestra paso a paso, con sus diferentes fases, y sus situaciones límite inducirán a la reflexión. El personaje de Norton es un peón de esta sociedad de consumo y la felicidad ilusoria. Como contrapunto, tenemos a Tyler Durden, un personaje radical y triunfador, el perfecto alter ego. Necesitamos ayudarnos de estos dos extremos para diferenciar las diferentes caras de la realidad.

Se nos muestra un retrato de las inquietudes humanas, deseos, frustraciones, las porciones de la amistad, etc. Todos los mensajes son enviados a través del protagonista.

David Fincher (Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres, El curioso caso de Benjamin Button, Seven) adapta la novela de Chuck Palahniuk, Fight Club, en esta película que se inicia como una sátira social, y sin perder estos rasgos satíricos y algunos trazos de humor negro, se desarrolla como un drama psicopático urbano con unos tintes de crisis existencial.

La acción es narrada en primera persona por su protagonista en un absorbente proceso de catarsis, nihilismo y masoquismo escapista que conduce su vida hasta la autodestrucción y alucinación. La continua voz en off nos transmite de manera íntima algunas de sus reflexiones.

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Durante la película, se crea una abstracción violenta de lucha contra un sistema de etiquetas y rutina de consumo y apariencia. Con diálogos afilados, las interpretaciones están bastante bien y la película posee un estilo propio sin necesidad de sacrificar la narración de la misma.

En El club de la lucha se crean una serie de reglas para establecer un orden dentro de un caos prácticamente infinito.

Las reglas de El club de la lucha son:

  1. La primera regla de el club de la lucha es: Nadie habla sobre El club de la lucha.
  2. La segunda regla de El club de la lucha es: Ningún miembro habla sobre El club de la lucha.
  3. La tercera regla de El club de la lucha es: La pelea termina cuando uno de los dos participantes grita «basta», desfallece o hace una señal.
  4. La cuarta regla de El club de la lucha es: Sólo dos hombres por pelea.
  5. La quinta regla de El club de la lucha es: Sólo una pelea cada vez.
  6. La sexta regla de El club de la lucha es: Se peleará sin camisa y sin zapatos.
  7. La séptima regla de El club de la lucha es: Cada pelea durará el tiempo que sea necesario.
  8. La octava regla de El club de la lucha es: Si esta es tu primera noche en El club de la lucha, TIENES que pelear.

viewPara cumplir todas estas reglas, David Fincher se ayuda de unos magníficos actores. Edward Norton (El increíble Hulk, El ilusionista, American History X) realiza una interpretación impecable de nuestro protagonista, un hombre normal y corriente, con insomnio, que no sabe a dónde irá a parar su vida, que decide solucionar su problema ayudando a los demás; Brad Pitt (12 años de esclavitud, El curioso caso de Benjamin Button, Seven) está soberbio también, realizando el papel de Tyler Durden, el alter ego de nuestro protagonista, un personaje radical y triunfador; Helena Bonham Carter (Saga Harry Potter, Alicia en el País de las Maravillas, Charlie y la fábrica de chocolate) siempre genial en cada escena que realiza, y que ayudará al protagonista a dar un vuelco a su vida; Jared Leto (Dallas Buyers Club, American Psycho, Réquiem por un sueño) aparece fugazmente dentro de El club de la lucha, y su personaje no termina muy bien parado.

Con una música que te adentrará, a cargo de The Dust Brothers, Michael Simpson & John King, cargando las escenas de tensión y creando ambientes psicodélicos, y una fotografía y escenarios muy punk, gracias a Jeff Cronenweth.

Resulta inevitable la comparación con otra película que analiza las causas y consecuencias de la violencia, como es La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971). Kubrick acogía la novela de Anthony Burguess proponiendo un gélido espectáculo enamorado de sí mismo y que en ningún momento ofrece un punto de vista. Al contrario que Fincher con la novela de Chuck Palahniuk, que nunca se tomó en serio a sí misma de la forma en que lo hacía con aquella película.

El 10 de septiembre, se cumplieron 15 años desde su estreno, y El club de la lucha nos ha dejado algunas frases tan célebres y dignas de estudio, como por ejemplo:

«No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás, todos somos parte del mismo montón de estiércol…»

O una reflexión sobre el todo, en el cual se muestran preocupaciones y expresiones de la rabia:

«La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión.

Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta, lo que hace que estemos muy, muy cabreados».

En resumen, El club de la lucha es una magnífica película para mentes abiertas y sin prejuicios, que sin duda alguna va a crear un sentimiento difícil de explicar en nuestro modo de ver las cosas.

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«Esta es tu vida, y se está acabando minuto a minuto».

Para finalizar, os dejo la Banda Sonora Original, para que podáis disfrutarla:

1 comentario en “‘El club de la lucha’ (David Fincher, 1999)

  1. Muy buena critica. Estoy ademas completamente de acuerdo con la vision que tienes de ella, y como entiendes que es una pelicula para mentes inquietas y deseosas de buscar nuevos horizontes. Es curioso como años despues, la pelicula sigue despertando tantas opiniones dispares y que algunos la consideren tan solo un panfleto anarquista. Para mi es mucho mas.
    En mi blog tambien publique una entrada dedicada a ella, aunque en este caso mas que una critica es un analisis sobre cual es el verdadero mensaje que intenta transmitir la pelicula. Creo que te gustaria leerlo. El link es:
    http://elsamuraioccidental.com/de-que-va-realmente-el-club-de-la-lucha/
    Un saludo

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