Jerry Lundegaard es hombre apocado y tímido, casado con la hija de un millonario que le impide disfrutar de su fortuna, decide contratar a dos delincuentes para que secuestren a su mujer con el fin de montar un negocio propio con el dinero del rescate. Pero, por una serie de azarosas circunstancias, al secuestro se suman tres brutales asesinatos, lo que obliga a la policía a intervenir.
«Esta es una historia verdadera.
Los acontecimientos descritos en esta película ocurrieron en Minesota en 1987.
A petición de los supervivientes, los nombres han sido cambiados.
Por respeto a los muertos, el resto se ha relatado tal y como ocurrió».
Fargo comienza con una voz en off, a modo de narración, para explicar que lo que estamos a punto de ver, es algo basado en hechos reales.
Hechos reales, que más tarde se encargaron de confesar que no eran tan reales como nos hacen creer.
La acción dramática tiene lugar en los primeros días del mes de febrero de 1987 en Brainerd (Minesota) y en otras localidades de Minesota (Mineápolis, Moose, Lake) y de Dakota del Norte (Fargo, Bismark).
Esta es una historia, muy interesante, donde lo absurdo y lo trágico se entrelaza de forma brillante, ofreciéndonos un cóctel de emociones encontradas.
Joel y Ethan Coen han logrado meterse en el panorama cinematográfico con un estilo personal y que gusta mucho a quien logra entender su forma, directa y sin tabúes, de hacer las cosas, con un humor tan negro como corrosivo.
En Fargo da igual que todo esté planificado, ya que todo va a salir mal, como el pequeño trozo de nieve que va rodando colina abajo, y va creciendo más y más hasta convertirse en una irrefrenable bola de nieve, que va destruyendo todo a su paso.
Los hermanos Coen son expertos en asumir que la ley de Murphy es inquebrantable y les encanta ver como todo sale al contrario de lo que se tenía previsto. Y es que son muchas las historias de estos hermanos, en las que se muestra el absurdo comportamiento del ser humano, al igual que las ironías del destino.
Fue nominada a siete Oscar, de los cuales, obtuvo dos, Mejor Actriz, para Frances McDormand y Mejor Guion Original.
Hay cosas más importantes en la vida que el dinero, ¿sabes? ¿No lo sabías?
Marge Gunderson
Los Coen, se introducen en la estupidez humana proyectando una historia árida y violenta que nos acerca a un mundo excéntrico y despreciable, desde un punto de vista sarcástico.
La increíble forma con la que juegan los hermanos Coen con el paisaje, los tiempos narrativos, los actores y la banda sonora, consiguen que Fargo sea una experiencia única, una película que tiene un arranque tan sólo superado por su excelente final.
La empatía transmitida por cada uno de los protagonistas de esta historia, es conmovedora, logrando contagiar la angustia, el miedo, la desesperación, la ambición y la locura que sufren sus personajes.
Joel Coen (No es país para viejos, El gran Lebowski, Muerte entre las flores) se ayuda de un gran reparto que recrea las delicias que este director, con el que solamente comparte guion en esta ocasión, junto a su hermano Ethan Coen; Frances McDormand (Moonrise Kingdom, El hombre que nunca estuvo allí, Barton Fink) aparece pasada media hora de la película, pero no necesita mucho más para hacerse cargo del peso de la historia, y es que la esposa de Joel Coen realiza una interpretación que le hizo ganar el Oscar a Mejor Actriz; William H. Macy (El inocente, Gracias por fumar, Magnolia) es el otro protagonista, que consigue llenar la pantalla con su timidez y a la vez, con su arte para el engaño, que actualmente nos hace recordar al desvergonzado y engañoso Frank Gallagher en la exitosa serie Shameless; Steve Buscemi (Big Fish, Reservoir Dogs, Historias de Nueva York) es otro gran estandarte en cuanto a esta película se refiere, actuando de manera prodigiosa, para finalmente, vivir un final poco agraciado, para seguir con la tradición que marcan sus personajes «coenianos»; Peter Stormare (Minority Report, Bailar en la oscuridad, Despertares) es el compañero del personaje de Buscemi, y realiza una labor impecable a la hora de poner en marcha a su violento y callado personaje; Harve Presnell (Banderas de nuestros padres, Salvar al soldado Ryan, La leyenda de la ciudad sin nombre) es un hombre rudo y ambicioso, que no duda en mantener apartado de todo su círculo a su nuero Jerry; Kristin Rudrud (Fargo) pese a solo haber trabajado en esta película, no desentona en ningún momento de la trama, realizando una gran labor como esposa de Jerry; John Carroll Lynch (Shutter Island, Gran Torino, Zodiac) es el marido de Marge, quien no aparece demasiado, pero ayuda a reflejar la ternura que mantiene esta pareja.
Aunque Fargo relata un hecho trágico, los Coen aprovechan para crear unos personajes tan rocambolescos e hilarantes como la historia que tratan. Incluso parece que estamos presenciando una comedia gracias a la simpática ayuda de los alocados acontecimientos que se suceden.
Las relaciones pueblerinas tienen una gran importancia para entender a los personajes que viven en el pequeño pueblo nevado de Fargo (Minnesota), donde transcurre gran parte de la acción, un lugar tranquilo donde nunca ocurre nada. Un pueblo repleto de gente sencilla, con costumbres sencillas, y con una base sencilla. Un sitio donde los hermanos Coen nos proponen un viaje salvaje, divertido y sangriento a una historia presentada bajo la premisa de estar basado en un hecho real, pero enteramente concebida por estos hermanos.
Y es que los Coen cuentan una historia trágica, pero ante todo, se ríen de todo lo que ocurre. La película en sí, es una ironía, disfrazada de thriller americano, serio y solemne, basado en hechos reales y dejando paso a la mentira que es todo esto.
La Ley de Murphy dice: «Si algo puede salir mal, saldrá mal». Pues todo Fargo es una constante Ley de Murphy, tanto por dentro, como por fuera.
La música, a cargo de Carter Burwell es variada y colorista, adecuadamente encajada a la narración visual, mostrándonos una sentida nostalgia, de la que se contagian las situaciones desdichadas de nuestros personajes.
En el apartado de fotografía, Roger Deakins ha sido el maestro que se ha encargado de que el paisaje sea un personaje más en la historia. Un lugar cubierto por la nieve, casi desértico, que consigue atribuir la carga alegórica y simbólica que los Coen acostumbran a dar a los espacios naturales en sus películas.
No, no es un país para los perdedores, aquí la suerte corre azarosa entre ventiscas y se escurre con un sentido escupitajo entre las cejas.
Seca, breve, directa y que a su vez, trata con mimo un largo número de detalles. Una película que ha salido redonda, desde su inicio, hasta su final, con todo lo que a ella rodea.
Este no es más que otro truco, otro engaño, que los hermanos Coen nos inducen una vez más, a base de personajes e historias tan reales y cercanas, como la vida misma.
Dicen que los grandes clásicos nunca mueren. Fargo ha resucitado en forma de serie de televisión.
Fargo es un ejercicio muy estimulante de auténtico humor negro que está en la lista de las imprescindibles de unos de los directores referentes del cine independiente estadounidense.
Os dejo con una parte de la Banda Sonora Original: